lunes, 6 de junio de 2016

semana mauriciesca (y enriquetil)


Mauricio o una víctima del vicio y otros celuloides rancios de Enrique Jardiel Poncela y Un bigote para dos, el eslabón perdido de la comedia cinematográfica española andarán de lo más movidos esta semana:

El míercoles 8 nos vemos a las nueve de la noche en Jaén, en Señora Ciempiés - Sala de estar y al día siguiente, a las nueve y media en la Ermita de la Aurora (c/ San Fernando). Guerra de humoristas, proyecciones, charla distendida y ríos de erudición sobre el codornicismo cinematográfico.

El domingo 12 estaremos firmando en la caseta de Sin Tarima (caseta 59) entre las  seis y las nueve de la tarde en la Feria del Libro del Retiro madrileño.

Y el martes 14, a las 20:30, nuevo encuentro en formato multimedia con los lectores más risueños de Madrid en la Librería Los Editores (c/ Gurtubay). POSPUESTO.

Nos vemos en:
Jaén | Señora Ciempiés - Sala de estar | miércoles, 8 de junio de 2016 - 21:00
Córdoba | Ermita de la Aurora  | jueves, 9 de junio de 2016 - 21:30
Madrid | Feria del Libro - Sin Tarima (caseta 59) | domingo, 12 de junio - 18:00
Madrid | Librería Los Editores | martes, 14 de junio - 20:30


jueves, 2 de junio de 2016

una margarita anarquista


Un provecto Francisco Elías -pionero indiscutible del cine sonoro en España- pergeña en 1971 su particular ajuste de cuentas con el cine español, con el doblaje, con "los circuncisos" de Hollywood, con Juan Antonio Bardem "y sus camaradas". El tono revisionista de estas memorias-invectiva le sirve para reivindicar su posición como director artístico del Sindicato de la Industria del Espectáculo de la CNT en 1937.

Relata entonces las vicisitudes de la realización de No quiero... ¡No quiero!, dirigida por él mismo a partir de una comedia de Jacinto Benavente. Según Elías el rodaje fue fastuoso y "a la burguesa", cobrando cada uno según sus méritos y valía, pero el nuevo gobierno de Negrín habría bloqueado el tiraje de copias. El negativo fue trasportado por los trabajadores de los estudios Orphea a Francia, donde se procedió a un nuevo montaje. No quiero... ¡No quiero! se estrenó por fin en 1940 pero la productora que figuraba entonces como promotora del proyecto fue la valenciana Cifesa -en otra operación de piratería postbélica, y en circunstancias afines a las que ya hemos estudiado a propósito de Un bigote para dos- en tanto que la participación de los cenetistas fue obviada.

Sin embargo, la adptación benaventina no es el primer proyecto de Elías en la industria colectivizada catalana. Así rememora su (des)encuentro con Jardiel en Barcelona:
"En un principio y con el beneplácito de la C.N.T. decidimos filmar “Margarita, Armando y su padre”. Su autor, Enrique Jardiel Poncela, se halla en esos días en Barcelona, procedente de Madrid. Pese a que los amigos que le rodeamos, Enrique Guitart, Rafael de León, Pedro Larrañaga, Lope Martínez de Ribera y yo somos todos de su misma cuerda, a ningún le revela la causa verdadera de su venida a la Ciudad Condal. Finge que le interesa la filmación de su obra y acepta, aparentemente encantado, la oferta que le hago: 40.000 pesetas por la cesión de derechos y 20.000 por la confección del guión cinematográfico. Aplaza, día tras día, la firma del contrato. Una y otra vez concretamos citas y no acude a ellas. Este proceder exaspera a los capitostes de la C.N.T. Finalmente, de un modo casual, me entero de que está a punto de salir para Francia, a bordo de un carguero que, por una razón u otra no acaba de zarpar. Y sólo cuando compruebo que éste se halla rumbo ya a las costas francesas y de que el genial autor no corre peligro, revelo a la C.N.T. su “deserción”. Me entero, posteriormente, de que Jardiel Poncela, acosado por los comunistas pidió auxilio a Indalecio Prieto y que éste facilitó su repatriación".
Francisco Elías: Anatomía de un fantasma: Historia clínica del cine español. 1971.
 Como ya hemos visto en estas páginas, Jardiel colaborará en la adaptación de Margarita, Armando y su padre durante su inmediata estancia en Argentina.