lunes, 2 de enero de 2017

jardiel en la pantalla



Hasta donde sabemos, cuatro veces compareció Enrique Jardiel Poncela ante las cámaras cinematograficas en largometrajes de ficción. Dos de ellas tuvieron lugar en Hollywood, donde -como Buñuel en La fruta amarga (Arthur Gregor, 1931) unos años antes- Jardiel hace sendos cameos en películas rodadas durante su primer contrato con la Fox. Los títulos son Una viuda romántica (Louis King, 1933) y Primavera en otoño (Eugene Forde, 1933). En ambos casos el supervisor de la versión española es Gregorio Martínez Sierra y el guión ha sido adaptado por José López Rubio.

También se reserva un papel en el prólogo y el epílogo contemporáneos de Mauricio o una víctima del vicio, de la que a menudo hemos hablado por aquí.

Lo malo es que ninguno de estos tres títulos está accesible. De Mauricio no consta que haya sobrevivido ningún material y las dos versiones hispanas de Fox acaso se encuentren en un voltio estadounidense o puede que se perdieran una vez cumplido su objetivo de proporcionar al público hispanoparlante películas en su propio idioma conforme a los estándares hollywoodenses. De modo que la única intervención de Jardiel que podemos contemplar hoy en día es Fin de curso (Ignacio F. Iquino, 1943).

Se trata de una película concebida en el seno de Emisora Films, con la particularidad de que la entidad demandante de una comedia aseada a precio módico es la sevillana Rafa Films y no la valenciana Cifesa. Por lo demás, Iquino se aplica a su tarea de engarzar un puñado de escenas cómicas con un par de momentos de intenso sentimentalismo y un par de números musicales. Todo para resolver tres idilios estudiantiles entre chicas casaderas -aunque una de ellas (Luchy Soto) obtiene el único sobresaliente de su promoción- con estudiantes calaveras que prometerán culminar sus carreras universitarias una vez redimidos por el amor.

Antes de ponerse a empollar sin remisión, acuden una noche al Nido del Arte, especie de cabaret al modo de las caves parisinas pero sin picardía ni bohemia. Un cantante entona una almibarada melodía y los estudiantes disfrutan de este rato de sano esparcimiento en el que nadie bebe demasiado ni saca los pies del tiesto. Iquino aprovecha la ocasión para que, una vez terminada la canción, el maestro de ceremonias anuncie la presencia en la sala de varías personalidades de la cinematografía española y del mundo de la cultura. Muchos de ellos son intérpretes de otras de sus producciones coetáneas, como Adriano Rimoldi, Luis Prendes, Mery Martin, Guillermo Marín, Raúl Cancio, María Bru, Fernando Fernán-Gómez, José Isbert...

Entre los hoy olvidados, podemos ver a Mikel, "cantante tirolés", el poeta Lope Martínez de Ribera, el tenor Tino Folgar... El escritor cinematográfico Antonio Guzmán Merino, socio de Rafa Films y que figura en los créditos iniciales como "director de diálogos", también satisface en este quién es quién del cine español sun pequeña vanidad de convertirse en efigie cinematografiada.

Jardiel entra en el local acompañado de la actriz Marta Flores. Se le ve incómodo. Corresponde a los aplausos, pero el brevísimo lapso en que su acompañante aprovecha para saludar le indica un par de veces que baje las escaleras. Puede que sea para dejar paso al galán Luis García Ortega y al modisto cinematográfico Marbel.Son apenas unos segundos, pero constituyen el único testimonio de la presencia de Jardiel en una ficción de largometraje.