jueves, 11 de febrero de 2021

conchita, corregida y (un poco) aumentada

Agotada la primera edición de Cocnchita Montes, una mujer ante el espejo,  Bala Perdida había optado por la reimpresión y, acaso, por una renovación de la portada pero sus codornizólogos de cabecera han decidido pegarle un buen meneo al manuscrito, según consta en la nota aclararoria a esta segunda edición:

Cuando nuestra editora nos avisó de que pensaba hacer una reimpresión de esta biografía de Conchita Montes le contrapropusimos hacer una nueva edición corregida y aumentada. Menudos biógrafos están hechos estos, que en dos años ya tienen que andar corrigiendo cosas, pensarás tú, lector de esta segunda edición. Y quizás no te falte razón, pero es el caso que en estos veinticuatro meses hemos podido acceder a una parte de la bibliografía que se nos había resistido e incluso a una bobina de una película desaparecida que repentinamente dejó de estarlo por estos milagros que de vez en cuando suceden en las filmotecas. Y no solo eso, porque tras revisar la edición original pensamos que sería conveniente para el texto incluir algún dato más de la relación de Conchita con el ambiente cultural e intelectual de su tiempo e incluso de su vida personal, esa misma que siempre guardó a tan buen recaudo.  
Tampoco nos pongamos estupendos: en esencia, el libro sigue siendo el mismo. Hay alguna enmienda —un año en el que habíamos perdido el milenio, el nombre mal trascrito de una actriz, un adjetivo demasiado evidente, una puntualización—, pero, sobre todo, hemos podido enriquecerlo con varias anécdotas que nos parecen iluminadoras de la etapa de Conchita al frente de la pensión de San Juan de Luz, de su participación en el ambiente cultural barcelonés, de su labor docente en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas y de la situación que se creó en torno al fallecimiento de Edgar Neville, con el que nunca pudo formalizar su relación.
De la película Café de París sólo habíamos podido ver su segunda bobina en 16mm, conservada en el archivo de Filmoteca Española. Hace ya algún tiempo recibimos alborozados la noticia de que Filmoteca de Zaragoza custodiaba la primera. Otra de las grandes alegrías que nos proporcionó la edición de esta biografía fue la ocasión de poder presentarla acompañados por el remontaje completo de la cinta, fruto del trabajo conjunto de ambas instituciones. De esta experiencia ha surgido un acercamiento más completo a un título ausente de las pantallas durante varias décadas.

Aguilar y Cabrerizo: Cocnchita Montes, una mujer ante el espejo. Madrid: Bala Perdida, 2021. Tapa blanda: 180 páginas. ISBN: 978-84-948621-6-2.

 

domingo, 7 de febrero de 2021

peligros de lo codornicesco en la pantalla

 

En plena canícula madrileña, un reportero de la revista Cinema asalta a Enrique Hereros a la puerta de Filmófono, en la plaza de Callao. El dibujante de La Codorniz y director de María Fernanda la Jerezana (1947) ha decidido dejar de lado su proyecto sobre una femme fatale de finales del XIX y ha aceptado la oferta de Boga Films para dirigir La muralla feliz. En la breve entrevista se argumenta la dificultad de llevar el humor de la revista del pájaro a la pantalla:

Sorprendemos en plena Gran Vía madrileña al gran humorista y director cinematográfico Herreros, que, cordial y sonriente, nos refiere sus propósitos.
—Voy a dirigir, para Boga Films, mi segunda película.
—¿Un tema de humor?
—Esta vez, sí. Y por cierto muy de mi gusto. Se llama “La muralla feliz”.
—Ese título nos recuerdo algo...
—Claro. Es un guión de Luis Delgado que resultó premiado en uno de los concursos del Sindicato. Ya entonces, cuando mereció tal galardón, me interesé por él... pero ya lo había adquirido una productora barcelonesa y hube de renunciar. Por otra parte, yo no estaba muy decidido a realizar “tan pronto” una película de humor.
—Te gusta más lo serio... ¿no es eso?
—No... No, por Dios. Pero es que es más fácil para mí hacer una película seria que un film de humor. En este terreno es fácil el tropezón y no quisiera fracasar... Por eso, sin renunciar a ello, había demorado mi proyecto. [...]
—¿Qué reparto llevas en “La muralla feliz”?
—No está todavía completo. O no lo estaba ayer, cuando hablé por teléfono con la productora. Quedan algunos cabos por atar. Pero, puedo decirte, no obstante, que Alberto Romea y Sarita Montiel forman parte del grupo de artistas escogidos.
—Y tú... ¿no trabajas?
—Pero si no descanso.
—Digo ante la cámara.
—Sí. En el “Quijote” voy a interpretar el papel del doctor Pedro Recio de Tirteafuera. Y en mí película trabajaré también.
—La última pregunta: El humorismo de “La muralla feliz”, ¿tiene algo de común con el que cada semana lleváis a las páginas de “La Codorniz”?
—No. Es un humorismo plácido y suave, sin ese desbordamiento un tanto absurdo de nuestra revista, que tanto gusta al público, pero que en el cine es muy peligroso. ¿Comprendes?
—Comprendido.
Y Herreros se aleja con un grupo de amigos, que le esperaba a las puertas de Filmófono. [El extra desconocido: “La muralla feliz será la segunda película de Herreros”, en Cinema, núm. 33, 1 de agosto de 1947.]