Al final de El amor del capitán Brando (Jaime de Armiñán, 1974), el exiliado Fernán-Gómez se empeña en demostrar a la maestrita Ana Belén que esta España de principios de 1974 ya no tiene nada que ver con la que él dejó en 1939. En el cine Azul de la Gran Vía ponen Gritos y susurros (Viskningar och rop, Ingmar Bergman, 1972); cuando él iba a esta misma sala se llamaba Velusia y proyectaban Los crímenes del museo de cera (Mystery of the Wax Museum, Michael Curtiz, 1933).
Y en los quioscos se vendían los diarios Ahora y El Sol,y los semanarios Estampa, Crónica, Mundo Gráfico... El quiosquero le pregunta que si se está cachondeando de él, porque, en efecto toda la prensa liberal despareció al finalizar la Guerra Civil. Lo que sí hay en el punto de venta son tebeos de la editorial Bruguera, revistas ilustradas como el Hola y el Semana, semanarios como Cambio 16 y diarios como El Alcázar. También podemos ver un par de ejemplares del número 90 de Hermano Lobo, correspondiente al 26 de enero de 1974. La portada trae una viñeta en la que se satiriza la televisión firmada por Ferrero.
Hermano Lobo, núm. 90, 26 de enero de 1974
La información que encontramos sobre este dibujante resulta harto escasa. Se llama Jesús y nace en Santurce. Se incorpora a La Codorniz con la ampliación de páginas que se produce en 1972 y, entre 1974 y 1975, publica habitualmente en la revista "de humor (dentro de lo que cabe)". Algunos dicen entonces que intenta imitar a Ops. Más adelante seguiría como dibujante en El Mundo y Egin.
Addenda del 16 de septiembre de 2025:
La elección del cine Azul no es gratuita. Se había reinaugurado la semana anterior:
Desde mañana, viernes, el popular cine Azul, sito en nuestro Broadway madrileño, se inaugurará como sala de estreno. Totalmente reformado, con nuevas butacas, aire acondicionado. sistema electrónico automático con mando a distancia, máquinas de proyección y sonido de 70 milímetros y con una extraordinaria decoración de lujo, inaugura sus proyecciones de estreno con la obra maestra de Ingmar Bergman Gritos y susurros, una película elogiada unánimemente por la crítica: "Bergman —ha dicho un critico— nos presta sus ojos para ver, y sus sentimientos, para comprender. Nos sentimos transportados al mundo interior de cuatro mujeres. Fabuloso y verísimo film que utiliza Bergman en su forma más pura de profundizar en el espíritu humano". [Pueblo, 17 de enero de 1974.]
Aunque no se vean sus carteleras, en el Coliseum seguía por décima semana consecutiva The Thief Who Came to Dinner (El ladrón que vino a cenar, Bud Yorkin,1973).